Mi procesador es...

Mi procesador es...
Mi procesador es...

lunes, 20 de noviembre de 2006

El llamado a la Santidad

El llamado a la santidad 1 Pedro 1:13-2:3
Los cristianos son llamados a “santificarse”, a tener una vida santa. La santidad significa que una persona es apartada por Dios para Sus propósitos. Este proceso de santificación comienza en el momento que recibimos a Jesucristo como nuestro Salvador personal, y continúa por el resto de nuestras vidas. El Espíritu Santo pone a nuestra voluntad y a nuestros anhelos en armonía con los Suyos. Si nos sometemos a Él, comenzaremos a desear lo que Él desea (Sal. 37:4). Con Su dirección, elegiremos consagrar nuestra conducta, nuestra conversación y finalmente nuestro carácter, a Dios solamente. El Espíritu Santo nos enseña cómo hacer de la santidad un estilo de vida. Dios nos ha puesto donde vivimos y trabajamos, no para ser unos “santurrones” ni para vivir en incubadoras, sino para reflejar verdaderamente quién es Cristo en medio de las personas. Si estamos en el proceso de ser hechos conformes a la imagen de Jesús, entonces cuanto más vivamos y más maduremos espiritualmente, más capaces serán los demás de reconocer al Salvador en nosotros. Nuestros corazones deben ser cada vez más blandos, y nuestra disposición de amar y de servir debe aumentar. Si somos embajadores de Cristo, nuestras vidas deben ser santas; de lo contrario, lo estamos representado mal. Si somos el cuerpo de Cristo, nuestras manos son Sus manos, nuestros ojos son Sus ojos, y nuestros pies son Sus pies. Si dejamos que Jesús hable, ame y sirva a través de nosotros, los demás se verán impulsados a preguntar por qué nuestras vidas son tan vibrantes. El creyente tiene un llamado a la santidad.

No hay comentarios:

Toby Mac -- Gone